Con frecuencia el objeto de la prueba pericial es erróneo o incompleto.

Un ejemplo relativamente frecuente: el cliente no sabe muy bien si la firma es suya o no, “la verdad es que se parece bastante” dice, “pero de lo que sí estoy seguro, es que yo no he firmado ese documento”, termina diciendo.

Si se solicita sólo la autenticidad de la firma, podemos estar cometiendo un grave error, ya que efectivamente la firma podría ser auténtica, pero también con la misma rotundidad, se podría afirmar, sin ser la primera vez, que ese documento, tal cual obra en autos, no lo ha firmado.

Con los medios técnicos actuales resulta relativamente sencillo manipular un documento con bastante apariencia de original.

Un pre-informe pericial resulta del todo necesario para preparar adecuadamente la estrategia de la defensa.