Han sido ya 4 las ocasiones en este mismo año, en las que o bien el mismo juez de primera instancia, o bien la parte contraria, aseguraba haber aportado a los autos el documento original dubitado.
La máquina impresora reprodujo en el folio que se aportó a los autos (y que nunca fue doblado), la doblez que tenía el documento primigenio al ser digitalizado. El supuesto original no era tal.
Las firmas, especialmente las estampadas en tinta negra, no son fáciles de distinguir en una reproducción mecánica de calidad. En muchas ocasiones se hace necesario el uso de instrumental óptico específico, más allá de las tradicionales lupas o microscopios.